viernes, 22 de enero de 2010

Errores de las mujeres al tener sexo....(la revancha)

•Apretar demasiado los testículos: hay mujeres que piensan que los “huevos” son de goma y los agarran, estiran o (en el peor de los casos) muerden provocando que su amante vea las estrellas y/o sufra un gatillazo. También hay que tener cuidado para no masturbar el pene demasiado fuerte ni hacerle daño con los dientes durante la felación.

•Comparar el tamaño del pene que tiene entre manos con el de antiguas parejas: sea más grande o más pequeño, es un comentario que resulta de muy mal gusto.

•Tumbarse a la bartola y permanecer inmóvil, dando por hecho que el hombre hará todo: en efecto, a ciertos hombres les gusta que las mujeres no se muevan, o incluso se hagan las muertas, pero otros prefieren sentir que están copulando con un ser vivo.

•Descuidar las zonas erógenas secundarias: vale, el placer del hombre se concentra en el falo, pero sus pezones, sus nalgas, su cuello o su vientre (entre otras cosas) también existen.

•Ejercer de “calientapollas”: está muy feo ligarse a un hombre, dejar que te invite a copas o algo peor, subir a su casa, dejar que te bese, te meta mano por todas partes y, cuando llega la hora de la verdad, poner pies en polvorosa, dejando al tipo que se alivie solito.

•El “sábado-sabadete”: Julio Iglesias, que ha practicado sexo con más de 4.000 mujeres y sabe un rato de estas cosas, canta que “amarse no tiene horario ni fecha en el calendario”; muy cierto: establecer un día y una hora para copular hace que el acto pierda morbo.

•Lamentarse inmediatamente antes, durante o justo después del acto: no es el momento de lloriquear porque echas de menos a tu ex, porque te sientes fea o porque la vida te trata muy mal. Se supone que el buen sexo te hace olvidar todo eso.

•Sentirse dolida, enfadada, insultada o decepcionada si el hombre no funciona: esto se debe al mito de que los hombres siempre tienen ganas de follar, lo cual es falso incluso en la era de la Viagra: un hombre es un ser humano, no un consolador, y puede que no sea el momento ni el lugar para el sexo. Tranquilízate, ten paciencia, habla, escucha, acaricia, siente y, tal vez, la cosa empiece a funcionar. Si no, mañana será otro día.

•Ser demasiado remilgada: el sexo es sucio y va más allá del mete-saca vaginal. Negarse en redondo a experimentar, a practicar sexo oral o anal, a ensuciar o manchar demasiado, limpiar rápido todo después del coito… son cosas que cortan el rollo. Relájate y déjate llevar.

•Ponerse a limpiar y recoger el desaguisado postcoital: reprime tus instintos marujiles y espera un poco, mujer, que no va a pasar nada porque la colcha se haya manchado o la ropa esté tirada por el suelo. Disfruta del “después” y ya recogerás más tarde.

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